El concepto de antifrágil, acuñado por Nassim Nicolas Taleb, se refiere a aquello que se beneficia de las crisis, diferente de lo robusto que sería lo opuesto a la fragilidad. Lo antifrágil prospera y crece en entornos de volatilidad, desorden e incertidumbre.
En nuestro camino nos encontraremos con eventos impredecibles como los Cisnes Negros. Por ello, es altamente beneficioso contar con una cartera de inversiones capaz de minimizar la volatilidad y maximizar nuestras oportunidades durante momentos difíciles.
Una cartera óptima proporcionará robustez frente a errores o eventos aleatorios gracias a empresas consolidadas, con perspectivas de crecimiento, con buenos fundamentos y un posicionamiento sólido en el mercado. Estas compañías pueden enfrentar mejor los momentos económicos complicados que sus competidores e incluso mejorar sus flujos de efectivo, incrementar su cuota de mercado, mejorar los planes de recompra de acciones: Antifragilidad.
Además, tener una asignación diversificada de activos incluyendo títulos contra cíclicos y efectivo permite aprovechar las caídas del mercado. En palabras del profesor Burton Malkiel: Si he perdido dinero durante estos períodos pero no tanto como mis vecinos, aún puedo sacar provecho cuando los precios estén bajos.
Un portafolio de inversión antifrágil protege el capital y mejora las perspectivas de rentabilidad durante las crisis.